Dios comenzó a inquietar nuestros corazones con un sueño: acompañar a cristianos apasionados en su transformación, hombres y mujeres dispuestos a ir por más de Él. Con esa convicción, tomamos la decisión de abrir una escuela de ministerio.

Todo inició en nuestra iglesia local, con un pequeño grupo de jóvenes, junto a mi esposo, el pastor principal de la iglesia Amigos de Tuxtepec, mi hija Jared y yo. Más adelante, también se sumó nuestro hijo Jair, siendo parte activa en las siguientes generaciones. Fue un comienzo humilde pero lleno de fuego: nuestros primeros encuentros se realizaron en un salón de niños de la iglesia Amigos.

Así nació nuestra primera generación en 2013-2014, bajo el nombre de Misión Timoteo. Desde el inicio vimos cómo las vidas eran tocadas, restauradas y encendidas por el Espíritu Santo. Sin embargo, muy pronto entendimos que Dios nos estaba entregando algo mucho más grande de lo que podíamos imaginar.

En ese proceso, Él nos dio un nuevo nombre: Escuela Mision San Pablo. Con él, ensanchó nuestra visión y confirmó que este mover impactaría más allá de nuestras fuerzas, llevando a las personas a una relación profunda y transformadora con Él.

Han pasado ya 12 generaciones que han sido marcadas por el poder de Dios, y hoy nos preparamos con alegría para abrir la 13ª generación y, con ella, un nuevo capítulo: MSP en línea.

Miramos atrás y vemos el fuego de Dios sosteniéndonos en cada paso, en cada dificultad superada, en cada vida transformada. Hoy seguimos con la misma pasión, convencidos de que lo que inició como un sueño en nuestro corazón es en realidad parte de un plan mucho mayor del que somos parte con humildad y gratitud.

Pastora Blanca Villar

Fundadora de la Escuela Misión San Pablo.